miércoles, febrero 28, 2007

Boliches



La megadiscoteca estaba “al palo”. La música se apoderaba del lugar y la juventud parecía disfrutarlo. Mujeres y hombres bailaban endemoniados los temas de Cacho Castaña, Los Palmeras y hasta la canción de una publicidad veraniega. Algunos parecían haber entrado en una especie de trance al escuchar cosas como “quiere bailar y bailar y bailar, la reina de la bailanta” o “te clavo la sombrilla”. Esto sin lugar a dudas me remitía a algún show de Pink Floyd o al de alguna banda ácida de San Francisco de los años 60, en donde gracias a los efectos del ácido lisérgico y a los sonidos supersónicos disparados por los artistas, el público parecía encontrar su nirvana.
Lejos de emitir sonidos extravagantes, el DJ de turno le daba a la gente lo que fue a buscar luego de una semana cargada de conflictos y responsabilidades: el esperado reviente.
Adolescentes abordadas por muchachos pasados de ginebra, luces de colores, chicos tímidos que pasan la noche hablando de deportes, strippers, vómitos, cola interminable en el baño de mujeres, gritos, éxtasis...
Las caras de los muchachos comienzan a desfigurarse luego de algunos tragos, y a su vez creen que están en condiciones óptimas para comenzar su cacería nocturna.
La música sigue sonando y los cánticos futbolísticos se acrecientan, tal vez por el fracaso varonil a la hora de seducir, o por algún clásico que se avecina.
Las mujeres bailan toda la noche el mismo paso y parece que se entretienen, algunas sin haber probado ni una gota de alcohol o algún alucinógeno.
Con el alboroto de fondo me alejo y observo una batalla de jóvenes ebrios disputando su honor a través del viejo y conocido “valetodo”. Piñas, patadas, combos de todo tipo.
Yo simplemente me dirijo a la parada del autobús y me pregunto si vale la pena seguir viniendo. ¡Claro que si!, ¿qué otra cosa voy a hacer un sábado por la noche?

5 comentarios:

Diego Manuel Soria dijo...

¿Ese boliche está ubicado en Rosario? Las contadas veces que concurrí a uno de estos establecimientos no dejé de chocar contra niños clones y fantasmas bailarines de otros tiempos.
Recuerdo que me una vez me hallaba dialogando con una señorita de corta falda mientras el manco degollado bailaor realizaba su danza ritual de orgías sobre una tarima cuando una suerte de sombra se proyectó sobre todos los presentes causando pavor en los danzantes, el parcayaso hacía su aparición intentando robar la sombra de los bailarines. Recuerdo haber abandonado sin pensarlo dos veces a la bella señorita para lanzarme a la carrera en busca de la calle liberadora. Sin embargo, el descontrolado escape me dio una oportunidad para mirar atrás que no dejé pasar: el batileo descendía de una palmera (probablemente haya estado allí toda la noche) listo para enfrentar a su archienemigo.
¿Es éste el mismo boliche?

Javier dijo...

Lo mismo que la cama de clavos pero más "desarrollada". Mis queridos amigos... todo se repite... mis queridos amigos.

Diego Manuel Soria dijo...

Siempre digo yo que las cosas se repiten, lo interesante es que los mortales no lo recuerdan, o simplemente no notan la diferencia. La realidad y la repeticion son una misma cosa. Esto le explicaba a una señorita no hace mucho tiempo mientras el manco degollado bailaor realizaba su danza ritual de orgías sobre una tarima cuando una suerte de sombra se proyectó sobre todos los presentes causando pavor en los danzantes. Abandoné corriendo a la señorita mientras el Batileo se decolgaba de un andamio

Ze Bastian dijo...

Si hasta las mal denominadas personas se repiten... de acuerdo a la concepción exacta de esta palabra, en un boliche promedio la cantidad varía entre 4 y 5. El resto se limita a clones, fantasmas y sombras.

m j dijo...

Primero quiero felicitar a Don Jilguero por su tesis tras haberse graduado en la Universidad del Gualicho. Solo quisiera marcar, no como error, sino como acotacion, una suculenta hamburguesa infaltable antes de irse a dormir y para sacarse la fragancia alcoholica.
Como respuesta a su pregunta...cualquier cosa es buena si se festeja el exito del sabado a la tarde.