viernes, febrero 16, 2007

El conde celular - Capitulo 2 - Los Ringtones

"Mirá mi nuevo ringtong del luis miguel japonés, es divino!!!" exclamó la gorda "chuchi" en la sala de maquinas de un 102 de bandera pirata. Entre la grasa de los pistones del motor y la
de la gorda no pude más que echarme un vómito de rabia justo entre las piernas de su amiga la biarru. Un capitán de pata de palo exclamó "la gorda chuchi!!!" y no era ningún deja vú, sino un ejemplo más de que no hay nada nuevo bajo el sol.

Cuando este festín de música y caras desagradables hubo de pasar al postre un boludo con celular le mandó un mensaje a su amigo el de la oreja en la nuca para que lo llame y la tetona del asiento para discapacitados escuche "la lambada" versión midi.

Sin más ácidos para derramar por entre estos T-050 con habilidad para comunicarse solo atiné a mirar por el reflejo de la ventanilla el escote de una rusa que subió con la hermana, un perro y un porteño. Tristisima noticia: ambas estaban hablando entre sí con sus respectivos teléfonos y tan fuerte que apenas pude escuchar el ringtong de nestor en bloque en el teléfono de un espantapájaros con crestas y remera de los ramones.

Repentinamente todo comenzó a girar y apenas podía percibir las diferentes melodías que sonaban constantemente en esta central de comunicaciones del aberno.
Señor juez, cuando vi a ese estudiante de ingeniería en sistemas subir disfrazado de celular y simulando ringtones con su radio sonic... juro por el conde celular (aquí presente) que pensé que solo se trataba de un aparato más. Por eso y SOLO POR ESO lo dejé como un colador y desparramé su sangre por entre las personas allí presentes.

[Primera víctima comprobada del conde celular]

1 comentario:

Diego Manuel Soria dijo...

Cuando uno tolera, día a día, viajes interminables en colectivos de muerte, escuchando interminables sonidos de mala calidad, observando especímenes de especies demasiado desagradable para nombrarlas y la nebulosa realidad que nos ha tocado en suerte nos golpea a la cara como un judoca, nos preguntamos: ¿Y encima nos aumentan el boleto?