Para coleccionar
Con sólo cuatro años ya sabía lo que era gastar tardes infinitas junto a los más absurdos personajes. Allí aprendió los secretos de la incoherencia y la metalurgia, forjando un espíritu liberal de ideales nobles.
Rodeado de mozos intelectuales y ebrios de los más extrovertidos, se interezó por los libros luego de darse cuenta que el fútbol era sólo un pasatiempos.
Sin lugar a dudas, este lugar marcó un antes y un después en su vida; por eso este homenaje...
2 comentarios:
Uh! ya me había olvidado... Como gastábamos a ese petiso orejudo. Sin duda tenemos algo de culpa en que de grande se dedicó a robar y ahogar bebés.
Pobre monstruo se terminó cagando de frío en la patagonia.
Cuantos recuerdos...!!! Todo eso que está ahí atrás nos lo tomamos esa noche...todavía guardo la bolsa llena de chapitas.
Como es que el tiempo engaña a la memoria, yo me lo hacia más alto a Diego Manuel...
Gracias Don Jilguero por el momento emotivo!
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