lunes, enero 15, 2007

El Conde Celular - Capítulo I - Introducción


Ellos vinieron con maletas de baratijas a afectar para siempre nuestra desdichada existencia sudamericana.

No repararon en gastos recuperables ni promesas absurdas, se introdujeron en la idea de ganador y llegaron a cubrir estratos sociales imposibles.

Nuestro influenciable cerebro receptor de ideas impuestas se convenció rapidamente de sus bondades y lo volvió innecesariamente necesario.

Algún que otro científico rosarino peleó con espada de juguete contra semejante Goliat pero nada quedaba por hacer sino observar la lava corriendo por las calles plagadas de insensatos mandando mensajes de texto en sus instantes finales de vida.

Los diferentes tipos de insensatos lejos de existir previamente a la expansión letal de la plaga fueron mutando al ritmo de los aparatos pasando del estilo "transmisor de 2da guerra" hasta llegar al "zoolander" pasando por diferentes estados como ser "camisa dentro del pantalón con star-tac sobresaliente colgado del cinto".

Hoy día esta mal nos afecta a todos y la imposibilidad de eliminarlo constituye para este humilde científico una de las 2 verdades absolutas del universo relativo en el que gravitamos.


Extraído de "El fin nos quedará chico", Sebastián Morandin, Enero 2007

3 comentarios:

Diego Manuel Soria dijo...

Dijo la revista "NECESITAMOS MENOS ARTISTAS" : "...por fin una vision desvergonzada y punzante sobre el tema (...)era hora de que alguien se sacara la careta de ex presidente norteamericano y dijera las cosas como las vería un vagabundo y no como realmente son."

Anónimo dijo...

No se como caí acá... la desinternalización de la internet me saca sarpullido. Mi castellano parece no ser tan bueno como creía. A esta altura en donde hobbits y magos de sombreros son aceptados como ciudadanos igualitarios, discutir la utilidad del teléfono móvil me parece un absurdo.

Ze Bastian dijo...

Si le parece un absurdo, estimado ciudadano del 1er mundo, le recomiendo que lea los próximos capítulos del Conde Celular que oportunamente publicaré por este medio.
Mis teorías harán que comprenda porqué desde hace algunos años todos experimentamos una disminución continua e inexplicable de la cantidad de sangre en nuestras venas.