El Río del Olvido (tercera entrega): primer escrito del Libro de Theodren
"La calle estaba desierta. Solo algunas hojas que el otoño había quitado de los árboles, cruzaban frente mí. Estaba sentado junto a un árbol de una especie que no conocía. Abrigado solo con un poncho, calentaba mi cuerpo con una botella de whisky. El tiempo pasaba lentamente.
Un pájaro se posó a mi izquierda, tan cerca que casi podía tocarlo. Creo que era un cardenal. Alcé mi mano para alcanzarlo pero ésta no se movió. Lo intenté nuevamente pero la rebeldía de mi miembro persistió. Me costaba trabajo respirar. Entonces vi una figura, la única en la calle, que avanzaba hacia mí, con paso seguro, el cuerpo erguido de quienes conocen su propósito en este mundo. Se paró frente a mí. No pude distinguir uno solo de sus rasgos. Ni siquiera pude adivinar si era hombre o mujer. Vaciló un momento y luego colocó su pie sobre mi pecho. Yo seguía sin poder mover el brazo izquierdo, el aire se negaba a entrar en mis pulmones y la presión en el pecho era más fuerte a cada instante. Luego mi corazón dejó de funcionar.
La oscura figura quitó su pie de mi inerte cuerpo. Ahora me hallaba a su lado, mirando la que había sido mi casa durante 39 años. "¿Qué ha pasado?" pregunté.
Pero no me respondió, en cambio me obligó a seguirlo por la calle desierta.
Creo que he muerto y nadie me ha llorado."
2 comentarios:
El desdichado desenlace de las vidas instrascendentes... quien escribirá nuestra historia y quien llorará nuestra muerte?
Principalmente cuando no tenemos crédito en el casino Destino.
Publicar un comentario