Hablando del tiempo
Cierta mañana de septiembre me encontraba navegando las costas de mi Portugal natal con buen clima y viento a favor. Por esas épocas mis tiempos de pirata ya eran parte del pasado y me ganaba la vida con el novedoso negocio de la caza de la ballena. Un marinerito devenido en "bachiller en ciencias comerciales" interrumpió mi precioso momento de paz y me preguntó: "Capitán, qué es el tiempo?". Medité durante algunas horas y minutos antes del ocaso tomé aire y me apreste a responder tal pregunta. No obstante, un grito de alerta interrumpió el memorable e interminable discurso que me disponía a dar. Un barco hippie del siglo XVIII se acercaba para protestar en contra de mi floreciente negocio. Rapidamente tomé un trozo de papel y expliqué graficamente todo lo que tenía para decir. Me fui al carajo y desde ahí comandé la destrucción total e impiadosa de los maestros. He aquí una copia infiel del esbozo que entregara en esa oportunidad a marinerito:
2 comentarios:
El barco hippie que relata Ze Bastian es también conocido como el barco de Greenpeace (en realidad son botes diminutos). Esta organización sin fines de lucro persigue y entorpece la caza de ballenas y otros cetáceos con la intención de impedir que esto continúe y estas especies se extingan. Sus protestas son de lo más originales y divertidas.
Yo soy un fiel colaborador, ya que mes por medio realizo una donación importante a través de mi tarjeta de crédito(no pienso revelar la cantidad de dinero aquí).
Sucedió que una vez pescando con mi ahora afamado amigo Boggio en el Arroyo Ludueña, una orca asesina mordió el anzuelo tentándonos a levantar la caña. Atiné a decir: "esta especie está en vía de extinción, devolvamosla". Un par de muchachos de barrio Las Flores que formaban parte del no escaso público que se agarraba de la baranda me miraron hambrientos y desistí con la idea de arrojar la orca al arroyo. La sacamos, la metimos en el Ami 8 de Boggio y nos fuimos para mi casa para hacerla asada y comerla con toda la muchedumbre presente. En pleno banquete llegó una lanchita de Greenpeace anfibia a mi casa y ahí nomás realizaron la protesta. Ésta se basaba en desconectar los cables de mi portero eléctrico y cerrar el paso de gas de mi garrafa. Una vez terminada su tarea el grupo protestante se retiró, y Boggio, los muchachos de Las Flores y yo nos comimos una orca asesina. Sin dudas uno de los mejores platos qe probé...
En el rigor el hambre decide. No nos engañemos, estamos gobernados por nuestros genes y ellos son egoístas per se. Las conductas altruistas siempre disfrazan un "me quiero ganar una minita". Bien por el amigo Boggio y su fiel compañero de andanzas.
Publicar un comentario